Pedro, quien no hace mucho tiempo le había cortado la oreja al criado del Sumo Sacerdote para proteger a Jesús, ahora ni su lengua usa para defenderlo. Cuando anteriormente no tenía miedo a una multitud de soldados, ahora le tiene miedo a una joven criada. Porque?
Porque al no sentir la adrenalina que le daba valor, el calor de la fogata y la compañía de los que lo rodeaban lo hicieron que confiara en sí mismo. Era muy cómodo pertenecer al grupo de gentes que lo rodeaba. Este era un rasgo que ya había demonstrado la vez quePablo lo reprendio. (Gal 2:11-14)
Querer pertenecer a este mundo es el estirón más fuerte que nos hace darle la espalda a Cristo. La Iglesia no puede conformarse a este mundo sin antes negar a Jesús.