El leproso que había sanado y que regreso para darle gracias a Jesús, cayó a los pies de su Maestro en gratitud. Los otros nueve leprosos que también fueron sanados quedaron fuera de la escena; al quedar satisfechos con lo que se les dio, olvidándose del dador.
Es el samaritano, el marginado, el que regresa para dar gracias. Siendo marginado vivió con rechazos, mientras que los otros nueve estaban acostumbrados a tener derechos propios.
Cuando nos sentimos con derechos propios, la gratitud no se encuentra en nosotros. Más bien los que estarán agradecidos serán aquellos que saben bien que no son merecedores. Te sientes con derechos propios o te sientes agradecida?