El Beso
Es inconcebible lo que hace Dios con tal de tener un encuentro con nosotros y su deseo de estar cerca de nosotros, entregándose por completo siendo Omnipotente! No solo se hizo hombre, un siervo sufriente, un niño indefenso, un embrión, pero todavía fue mas allá y se nos dio para que lo mascaramos en lo que parece ser pan.
“El que come mi cuerpo y bebe mi sangre permanece en mí y yo en el ”.
Y ahora aquí es en donde el misterioso intercambio toma lugar. Aunque Jesús entra dentro de nosotros, nosotros también entramos dentro El. Con nuestro cuerpo, alma y espíritu, entramos en la Santa Comunión para permanecer en Cristo. Tomamos residencia en Cristo. De esta manera, Jesús de Nazaret resucitado revive nuestro cuerpo; el Eterno logotipo absorbe nuestra alma; y la segunda persona de Dios uno trino nos inspira, por consiguiente nos guía a que nos unamos a la misma Santísima Trinidad.
Hasta inconscientemente, una unión mística da lugar; el momento más intimo que podemos compartir con Dios de este lado del cielo. Este es el beso divino que nos prepara para el gozo extraordinario de estar unidos a Dios en la siguiente vida.
Derechos reservados 2002-2024– Irene Thomas
Traducido al Español por Rosie Aguilar